La consultora australiana Mecardo realizó un análisis del Indicador de Mercados del Este (IME) como referencia para la comercialización de lanas finas, donde establece que el indicador “está diseñado para reflejar el precio general (promedio)” y que “lo hace razonablemente bien”. Sin embargo, advierte que el cambio en la producción australiana, “la relevancia del IME para el precio promedio del merino se ha debilitado”, generando una creciente brecha entre las dos series.
Según Andrew Woods, de Mecardo, “el Indicador del Mercado del Este (IME) es la serie de precios por defecto utilizada para el mercado de lana en Australia, ya que es bien conocido y tiene una historia que se remonta a la década de 1980”, sin embargo, explica que “el cambio en la estructura del stock australiano ha significado que la relevancia del IME para el vellón de merino ha disminuido progresivamente en las últimas décadas”.
De acuerdo con el informe, la lana merina en Australia ha descendido de 21 a 18,5 micras su micronaje, sin embargo, la estructura utilizada para el cálculo del IME continúa siendo la misma de hace más de 30 años atrás, cuando las lanas tenían un mayor volumen de kilos en los micronajes más gruesos del merino. En este sentido se entiende que debe ser “reponderado” el indicador, para “coincidir con la estructura del mercado de las zafras recientes”.
Woods explica que existen tres variables que distancia el IME promedio, de la realidad de precios del merino. En primer lugar, señaló que “desde la década de 1990, la proporción de lana merino en el vellón australiano ha caído del 95% al 77%”, por lo tanto el indicador se reacomodó para atender el incremento de las lanas medias y gruesas.
En segundo lugar, “el diámetro promedio de la fibra del vellón de merino ha disminuido de 21 a 18.5 micrones, lo cual, junto con un menor volumen, ha ayudado a aumentar el precio del merino”, distanciándolo así del IME.
Y, en tercer lugar, “los descuentos por la longitud y la resistencia de la fibra han disminuido, lo que ha mejorado el precio promedio merino en relación con el precio estándar del vellón”.
Según Andrew Woods, el resultado acumulativo de estos cambios estructurales significa que “el IME se ha vuelto progresivamente un indicador menos fiable para los precios del merino”.