En las elecciones del domingo compitieron por el gobierno dos coaliciones que se agrupan de forma diferente. Por un lado, el Frente Amplio, coalición de izquierda conformada por una diversidad de partidos políticos, incluyendo varios históricos como el Socialista, Comunista o el Demócrata Cristiano, y que votan todos dentro del mismo lema. Por otro lado, una coalición que también incluye partidos históricos (Partido Nacional y Colorado) pero que votan en lemas diferentes.
El resultado de las elecciones del domingo, con 43,95% de votos para el Frente Amplio, le significó obtener la mayoría de los escaños en el Senado de la República (16 de 30), pero no logró mayorías en la Cámara de Diputados (48 de 99). Los partidos de la coalición de gobierno lograron 14 bancas en el Senado y 49 en Diputados, con el saldo de dos diputados para Identidad Soberana, el partido de Salle.
Bien distinta hubiera sido la distribución de bancas si la coalición de gobierno hubiera votado bajo un mismo lema (Coalición Republicana), tal como la coalición de izquierdas vota dentro del Frente Amplio. Asumiendo que los partidos de la coalición de gobierno hubieran logrado los mismos votos (incluyendo al partido Constitucional Ambientalista, de Eduardo Lust), este conjunto hubiera logrado mayoría en ambas cámaras, con 16 de los 30 senadores y 50 de los 99 diputados, quedando el Frente Amplio con 14 senadores (2 menos que en la situación actual) y 47 diputados (1 menos).
Los partidos que hubieran ganado las dos bancas adicionales en el Senado hubieran sido el Nacional y el Colorado, en tanto que la banca adicional en diputados hubiera sido para el Partido Nacional.
Seguramente estos datos estén siendo analizados por los integrantes de la actual coalición de gobierno, evaluando la conveniencia de votar todos dentro de un mismo lema para competir de igual a igual con la coalición Frente Amplio.