Desde Colonia, Alemania

En un momento en que la faena muestra señales de desaceleración y los márgenes industriales se vuelven cada vez más ajustados, el director de los frigoríficos San Jacinto y Pando, y representante de la CIF en la Junta del INAC, Eduardo Urgal, explicó que uno de los principales componentes del precio de la carne hoy no es solo la oferta o la demanda, sino las expectativas.

“El precio no se va a US$ 3, no hay nada que indique eso —aclaró—. Pero las cosas tienen un límite: vendemos comida, y los precios también dependen de la percepción de lo que viene.” Esa noción de expectativa, dijo, es lo que hoy marca la pauta de un mercado en equilibrio inestable, sostenido más por la confianza que por los fundamentos.

Urgal señaló que, en materia de oferta, el panorama inmediato es positivo. “La máquina está a fondo. El clima acompaña, los granos son competitivos, y tenemos una primavera anticipada excepcional. Las expectativas, en ese sentido, son buenas.” Sin embargo, advirtió que en la industria los márgenes actuales son negativos. “Con estos valores de la carne, si no somos capaces de generar resultados, ¿con cuáles?”, se preguntó.

El ejecutivo recordó que el negocio de la carne vacuna es de márgenes finos y que “en la medida que haya más rotación se puede crear valor”. En ese sentido, destacó el papel que ha ganado la producción a corral y la importancia de la cuota 481 como respaldo del sistema. Pero también alertó que el próximo año el cupo 481 volverá a reducirse y que la incertidumbre arancelaria se ha convertido en otro componente de especulación que distorsiona los precios. “Hoy los importadores toman posición sin saber si van a pagar el 40 o el 60%. La diferencia es mucho mayor que lo que esperan ganar con el negocio”, explicó.

Para Urgal, el gran riesgo no está en una caída abrupta de precios, sino en la pérdida de referencias claras. “Estamos moviendo mucho dinero, pero sin resultados. Si el precio de exportación queda por debajo del precio del novillo, el primer golpe lo recibe la industria y el segundo el invernador.”

También descartó que exista espacio para nuevas subas desde la demanda. “No veo margen para que los importadores paguen más. Europa ingresará en su peor trimestre, con bajo consumo tras las fiestas y el invierno en curso.” Recordó que, aunque Uruguay ofrece carne de calidad y ocupa nichos de alto valor, “seguimos vendiendo comida”, y si la brecha con otras proteínas se amplía demasiado, se corre el riesgo de perder mercado. “Uruguay desplazó a Australia en la cuota 481 porque ofrecía casi lo mismo, pero más barato. Si Australia vuelve a ser competitiva, podemos ser nosotros los desplazados”, advirtió.

En cuanto al sector ovino, reconoció una “gran frustración” por el bajo nivel de actividad. “Si no hay una reacción productiva urgente, no hay futuro. Tenemos un producto valioso, pero sin volumen suficiente para sostener el negocio”, afirmó.

Consultado sobre el panorama industrial, Urgal admitió que los resultados son negativos, aunque descartó una estrategia de “asfixia” dentro del sector. “Esto es un negocio, y los negocios son para ganar plata. No hay una maniobra para ahogar a nadie, simplemente falta escala. Sin escala, te morís atragantado, no porque alguien te apriete el cuello.”

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