“Los resultados son sumamente consistentes” en cuanto a que el primer invierno de las terneras es determinante de un rápido y positivo comienzo de su actividad reproductiva, dijo la ingeniera Graciela Quintans, investigadora de INIA Treinta y Tres, durante la jornada Recría 360º, organizada anoche por la Sociedad de Criadores de Aberdeen Angus.
En condiciones de campo natural lo usual es que durante el primer invierno de la ternera —inmediatamente después del destete— los animales pierdan peso. Quintans dijo que están disponibles las tecnologías para mejorar la alimentación durante esos tres meses, de manera de lograr ganancias de peso durante ese período, aunque sean moderadas. La investigadora mencionó tanto la suplementación invernal como el pastoreo de pasturas mejoradas.
Afirmó que hay una alta correlación entre la ganancia de peso de las terneras durante el invierno y la posibilidad de lograr el primer ciclo estral con ovulación a los 17-20 meses del animal. Mostró un experimento en el cual con ganancias de peso de 100 gramos diarios se alcanzaba posteriormente una preñez de 92% en la primera inseminación, contra 58% en el caso de terneras que, pastando exclusivamente sobre campo natural en ese invierno, perdían 200 gramos de peso vivo por día.
Quintans agregó que, además, “se evidencian efectos a largo plazo, que van más allá del peso vivo, y que tienen que ver con el desarrollo productivo”. Concluyó que “adecuar un manejo nutricional temprano determina un círculo virtuoso”.