El acuerdo de Fase 1 que firmaron Estados Unidos y China la semana pasada podría implicar cambios trascendentes en el comercio mundial de carne vacuna en el caso que efectivamente China se encamine a ser menos estricta en los límites al uso de hormonas sintéticas y promotores del crecimiento.

En el acuerdo, China quitó el límite de edad máximo (30 meses) de los animales cuya carne puede ser importada, lo cual podría elevar consistentemente la exportación estadounidense de carne magra, procedente fundamentalmente de vacas de descarte. En 2019 China se llevó mucha de la carne 90 CL exportada por Australia, Nueva Zelanda y Uruguay que solía destinarse al mercado estadounidense. Ahora, esta corriente comercial podría abarcar también a la producción doméstica de EEUU.

Potencialmente podría ser más disruptivo el aceptar hasta cierto límite la presencia de hormonas y promotores del crecimiento. El acuerdo de Fase 1 hace más laxos los requerimientos de dad, trazabilidad y la presencia de hormonas y promotores del crecimiento (HGP), sugiriendo que quedará disponible una mucho mayor cantidad de carne estadounidense disponible para el mercado chino.

Teniendo en cuenta esto, Rabobank espera “un robusto crecimiento de los embarques de carne vacuna de EEUU a China en 2020, lo que también impactará sobre otros países exportadores, particularmente Australia, dado que compite con EEUU en un segmento similar dentro de China”.

China levantó el embargo a la carne vacuna de EEUU en 2017, pero debido a los requisitos de edad, trazabilidad, HGP y ractopamina, la corriente comercial ha crecido de forma muy modesta hasta ahora.