Agricultura
Durante 2022, el sector arrocero brasileño exportó 2,11 millones de toneladas del cereal, con ingresos que se sitúan e US$ 657,4 millones, de esta manera el volumen comercializado al exterior, según la Asociación Brasileña de la Industria del Arroz (ABIARROZ), creció un 85% entre respecto a 2021 y el ingreso de divisas 83%.
Las extremas condiciones de sequía están causando estragos en la zona agrícola núcleo de la provincia argentina de Santa Fe. De acuerdo con un relevamiento publicado por la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) hay unas 80 mil hectáreas de maíz de primera con “pérdidas totales”.
La cosecha de trigo en Brasil en 2022 se aproximó a los 10 millones de toneladas, con un importante salto respecto a la anterior y alcanzando un volumen récord.
Antes de finalizar el año, el presidente de Alcoholes del Uruguay (ALUR), Alfredo Fernández Sivori, anunció que la empresa cerró un negocio con la Unión Europea (UE) para la exportación de casi el 30% de la producción de canola de la reciente zafra, procesado como aceite y biodiesel.
La zafra de cultivos de invierno sorprendió por los muy buenos rendimientos logrados a pesar del déficit hídrico en la fase de llenado de grano. Esto permitió redondear un muy buen año, dado que se pudieron aprovechar los elevados precios de estos productos y alcanzar márgenes económicos interesantes.
Tras una apertura con fuertes subas –llegaron hasta los 11 dólares por tonelada–, los precios de la soja concluyeron la jornada con ligeras ganancias en Chicago. Entre las razones del movimiento alcista inicial se destacó el prolongado déficit de humedad sobre amplias zonas agrícolas de la Argentina, donde la siembra se mantiene muy demorada. En opinión de los operadores, el USDA deberá reducir en su próximo informe mensual la expectativa sobre el volumen de la cosecha argentina de soja desde los 49,50 millones de toneladas sostenidos hasta el reporte de diciembre para ubicarla entre 43 y 45 millones de toneladas. A esto se agregó la falta de humedad en el sudoeste de Brasil, país que, sin embargo, sigue encaminado a obtener una cosecha récord.
Por el impacto de la sequía que enmarcó toda la evolución de los cultivos en la campaña 2022/2023 y de las heladas tardías, la Secretaría de Agricultura de la Nación proyectó el viernes con una caída del 67,2% el volumen de las exportaciones argentinas de trigo, al calcularlas en 4,75 millones de toneladas, lejos de los 14,50 millones despachados en el ciclo 2021/2022. Si se tiene en cuenta el actual valor FOB para el grano fino en los puertos argentinos, el derrumbe de las ventas externas implicará una pérdida de divisas próxima a los US$ 3.773 millones.
Luego de cinco semanas bajistas seguidas, el trigo logró repuntar en el mercado de Estados Unidos, en buena medida, por haberse vuelto barato para los compradores. También completó el segmento con alzas el maíz, por la falta de humedad en el sudoeste de Brasil y por buenas ventas semanales, en tanto que la soja cerró con ligeras bajas, afectada por los renovados temores de los inversores en cuanto al rumbo de la economía global.
Las previsiones para la campaña triguera 2022/23 están influidas por una importante recuperación de la superficie sembrada de más de 44 mil hectáreas y por expectativas de buenos niveles de productividad que serían superiores al promedio histórico del cultivo. Como resultante, se proyecta un aumento en el volumen de la cosecha nacional que superaría el millón de toneladas, dice la Oficina de Programación y Política Agropecuaria en su Anuario 2022.
Para esta zafra 2022/23 se espera una producción récord a nivel nacional en el entorno de 450 mil toneladas de colza. Según el Anuario de Opypa del MGAP, a pesar del fuerte incremento en los costos de los fertilizantes, y las previsiones de menores precios de la colza —por los fundamentos del mercado y la situación internacional— el margen del productor sería positivo y el desempeño exportador de esta cadena oleaginosa se incrementaría durante 2023.