Ovinos
Ser el único mercado operativo a nivel comercial en el mundo, no te exime de recibir el impacto de una pandemia a nivel global, que se encuentra generando un alto grado de incertidumbre en la economía y el cierre de empresas textiles en los principales países procesadores de lana, más allá de la recuperación industrial de China.
Si bien la lectura en el corto plazo es de una demanda que se incrementa por parte del gigante asiático que retoma sus actividades, en el largo plazo la situación no es clara, teniendo en cuenta la caída de la demanda a nivel minorista en todo el mundo.
Sudáfrica y Nueva Zelanda detuvieron su operativa de ventas la pasada semana ante la problemática del coronavirus en ambos países. Argentina, se encuentra en cuarentena total, y la lana no se encuentra ajena a ello.
Mientras tanto, si bien aún no existe un impedimento para el desarrollo de las tareas en la industria lanera uruguaya, la decisión de las empresas viene siendo de parar la actividad y proteger la salud de los funcionarios y familias integrantes de la cadena lanera.
Con una semana de cambios en el mercado lanero australiano, donde los centros de ventas se adaptan a las exigencias sanitarias para evitar riesgos de contagio por el covid-19, la demanda desde China y un tipo de cambio más favorable para el análisis en dólares estadounidenses, permitió una mejora de 53 centavos en el Indicador de Mercados del Este (IME) que cerró a US$ 8,54.
A nivel del mercado interno uruguayo, la operativa continúa siendo nula, la gran incertidumbre que existe a nivel internacional y las medidas que se van adoptando a nivel de las empresas, llevan a una paralización de la actividad. Si bien existen algunas consultas por parte de los productores a nivel de consignatarios, que en su mayoría tienen los escritorios cerrados y trabajan vía telefónica, desde el lado de la demanda se mira con cautela el mercado y ante una demanda muy debilitada desde el exterior, se prefiere esperar algunos días para tomar posición de compra.
Una vez que el gobierno sudafricano adopto la cuarentena por 21 días, el pasado 23 de marzo, Cape Wools y los corredores del mercado lanero tomaron la decisión “por difícil que sea” de posponer todas las subastas y actividades de lana a partir de esta semana.
En el mercado internacional se visualiza con expectativas la reactivación de la industria china y se avizora una importante demanda, sin embargo mientras el gigante asiático se recupera, el mundo continúa retrayendo su economía día a día. En este sentido The Wall Street Journal publicó un artículo donde señala que empresas europeas y estadounidenses se encuentran cancelando pedidos en las fábricas asiáticas.
¿Qué va primero? ¿El huevo o la gallina? O si lo preguntamos en términos de reclamo de los productores por mejores valores e incentivos para la producción ovina, que va primero ¿los mercados o el aumento de la oferta?, si bien siempre se ha reclamado una mayor producción y desestacionalizarla, los compartimentos es un claro ejemplo que la mejora en los valores por el producto final, es decir la carne, ha generado una rápida respuesta del sector productivo y un aumento de la producción.
En el diálogo con dos empresas topistas nacionales y varios intermediarios, se dejó a ver un mercado paralizado, con una demanda internacional lejos de la concreción de negocios y nuevos valores que se puedan trasladar al mercado interno.
En una semana marcada por el pánico generado por la expansión del brote de coronavirus en el mundo, el mercado lanero australiano se encontró con una pérdida de US$ 1,81 en el Indicador de Mercados del Este (IME) tras cotizar a US$ 8,01 por kilogramo base limpia, referencia que no se alcanzaba desde septiembre de 2010.
Los fundamentos que marcan esta caída, están entrelazados con la presencia del coronavirus en el mundo y el impacto que está teniendo en las diferentes economías del mundo, principalmente en China e Italia, ambos país son los principales compradores tanto de Australia como de Uruguay. El gigante asiático en el contexto general e Italia en la compra de lanas finas principalmente.
Un barco con 35 mil ovinos en pie zarpó esta semana con destino a Arabia Saudita, en una corriente comercial que no se daba desde 2013. La exportación la hizo la firma Gladenur a un valor medio de US$ 120 por cabeza, totalizando U$ 4,2 millones.